Combinamos piezas tejidas artesanalmente con telas de alto rendimiento.
El resultado es un producto híbrido, moderno y versátil de alto desempeño, tanto en deportes al aire libre como en uso urbano.
Nuestro fundador Felipe Jadue pasó más de una década como ejecutivo en dos empresas de indumentaria. El catastrófico colapso del edificio Rana Plaza en Bangladesh en 2013 llevó a cierta introspección: Felipe se dio cuenta de que, si bien el precio de la ropa ha estado disminuyendo durante décadas, los costos humanos y ambientales han aumentado dramáticamente. Aquí, en nuestra base de operaciones en Porvenir, Tierra del Fuego, estamos comprometidos a poner a las personas y al planeta en primer lugar. Creemos que las ganancias son una consecuencia de hacer negocios de la manera correcta. Por eso priorizamos el impacto social y ambiental de nuestro trabajo, por encima de todo.
Comenzamos Karukinka no necesariamente para vender ropa, sino para ofrecer una nueva forma de hacer negocios que beneficie a todos, desde nuestros consumidores hasta los miembros de nuestro equipo y el planeta. Tenemos un enfoque holístico de nuestro negocio, dado que la ética ambiental y social están intrínsecamente vinculadas. Nuestro triple resultado asegura que las personas, el planeta y las ganancias se tengan en cuenta en cada paso de nuestro negocio integrado verticalmente, desde el corte hasta el ensamblaje de nuestras prendas. También es la razón por la que buscamos certificaciones B Corp.
Nuestros socios en Tierra del Fuego manejan cada paso de nuestro proceso de producción, desde la esquila de ovejas, la producción de hilos, el corte de telas, hasta el ensamblaje de cada prenda a mano. Nuestra propiedad permite un control de calidad total que lo convierte en un mejor producto, el 100% del tiempo.
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