En Limite Sur creemos en proyectos que hacen cambios, trabajan por mejorar Chile y dan apoyo a trabajo colaborativo y local. Rodrigo Sánchez uno de nuestros colaboradores. Buzo profesional de los mares Chilenos. Quien nos relata su expedición a la Isla Madre De Dios.
Hace dos años (verano de 2016) la Fundación Huinay publicó un post pidiendo un buzo voluntario para ir a trabajar en un proyecto de investigación por una mortandad masiva de corales rojos de la especie errina antarctica en un canal aledaño a Isla Madre de Dios en el archipiélago de ese mismo nombre.
Archipiélago Isla Madre De Dios
Lo más probable es que nunca oíste hablar del archipiélago y menos de esa isla que el centro Centre Terre (Francia) está postulando como Reserva de la Biósfera ante UNESCO. Considerando que en Chile hay casi 4.000 islas y más de 2.000 islotes es casi obvio que ni siquiera sepas de su existencia, y en mi caso efectivamente así era. Terminando unos buceos en Pichidangui veo que tengo varias llamadas perdidas de mi hermano Nico que al devolverle el llamado me empieza a explicar esto de la Fundación Huinay y el viaje al inexplorado archipiélago Madre de Dios y sus “glaciares de mármol”. Ambos totalmente desconocidos para mi hasta ese momento.
Al leer el post empiezo a darle una vuelta y con el pasar de los minutos me fui entusiasmando con la idea de viajar a este lejano destino, estadísticamente uno de los menos explorados del planeta. Hice la postulación y luego de casi un mes pimponeando correos y con entrevistas en inglés por Skype, la destacada bióloga Vreni Häussermann me pregunta si me animo a acompañarlos a lo que yo respondo con un rotundo si, esto de ir a explorar las profundidades de la Patagonia chilena ya se había transformado en un verdadero sueño.
Volviendo al día de hoy, ahora estoy preparando mi quinta expedición a la Isla Madre de Dios y este es mi último viaje a la “isla de los Glaciares de Mármol” como parte del proyecto de investigación que me llevó a conocer este alucinante rincón del planeta. Ahora por segunda vez voy como jefe de expedición y como buzo asistente llevo a un alumno/amigo buzo que será mi “asistente” entre el 1º y el 9 de septiembre. Nuestras tareas consisten en retirar los instrumentos que hemos instalado ahí (medidores de corriente, de temperatura, Ph, salinidad) y fotografiar las placas de reclutamiento de coral que instalamos, la idea es intentar un repoblamiento de los corales en el canal.
Ir a Madre de Dios ha sido un verdadero sueño, explorar los alrededores de la isla, cuyos paisajes son realmente únicos y trabajar con un equipo de científicos de primer nivel mundial realmente hizo que hubiera un antes y un después en mi carrera profesional como instructor. Aquí aprendí cómo se hace ciencia en el fin del mundo, en los lugares menos explorados del planeta, con las peores condiciones climáticas (más de 9.000 mms de lluvia y vientos promedio de más de 50 km/h en Madre de Dios) y me di cuenta que en nuestra Patagonia tenemos un verdadero tesoro por descubrir. La biodiversidad y los paisajes subacuáticos son completamente diferentes a lo que se ve en el continente además de contar con los dedos de las manos cuántos buzos estuvieron en esos lugares antes de que uno los buceara.
Dos años después, creo que seguiremos yendo a Madre de Dios por varios años más, no por ciencia, sino que para llevar a turistas como parte de mi proyecto Patagonia Liveaboards de Buceando Chile, donde realizamos viajes de buceo por algunas de las islas y canales menos explorados de la Patagonia chilena, la cual cuidaremos y protegeremos en la medida que la conozcamos.
Yo no la conocí hasta que viajé a Madre de Dios por primera vez y fue amor a primera vista.