Tradición, naturaleza y deportes en un destino que no querrás perderte este 2021.

Tener la posibilidad de estar en contacto con la naturaleza nunca fue tan relevante. A más de un año de vivir los efectos del Covid en nuestra sociedad, las eternas cuarentena, el aislamiento y el aumento de contagios que no permite bajar la guardia, nos ha llevado a valorar aún más los espacios donde en un pasado podíamos encontrarnos junto a otros en medio de un escenario natural.

Pues sí, salir de nuestras casas hoy se transforma en una necesidad. Esa necesidad tan humana que busca relacionarse con personas, de vernos a las caras y de volver a sentirnos. De mirarnos nuevamente a los ojos y de valorar lo simplemente auténtico que es estar alrededor de una fogata disfrutando del calor del fuego. 

El fin de semana del 6 de mayo tuve la oportunidad de viajar a un encuentro único en la región del piñón: Lonquimay. Invitada por Pascal Gómez, fundador de Outdoor Consciente (outdoor_consciente), la promesa de la invitación era sugerente; vivir una experiencia de inmersión profunda en un escenario natural, potenciado fuertemente por el turismo aventura, inmersión cultural y la conexión con la naturaleza. ¡Todo en un solo viaje!

El motivo fue sincero: existía una necesidad de la comunidad de reactivar a Lonquimay como un destino vivo. Y que hoy abre sus puertas para encuentros que pueden responder las demandas de cualquier turista. Pascal, nos prometía esta vez un reencuentro con nosotros mismos. Con nuestra alimentación, con el deporte y con la meditación consciente y nos preparó previamente para sumergirnos en ese camino.

Sobre Lonquimay

Lonquimay, que en mapudungún significa “bosque tupido”, es una comuna que forma parte de la Provincia de Malleco, en el extremo este de la región de la Araucanía. Para los que no saben la república independiente de Lonquimay, como muchos la han bautizado, se ha mantenido en fase 3 gran parte de la cuarentena, convirtiéndose naturalmente en un destino de preferencia para la movilización de muchos deseos viajeros que buscan salir de sus casas.

Descubriendo un destino de múltiples narrativas

Día 1: Pehuenches; conexión y respeto con el territorio

En nuestro viaje de 3 días recordamos nuestro profundo amor por la naturaleza. El otoño se robó todas nuestras miradas y no podíamos dejar de sorprendernos que después de tanto encierro estábamos ahí. 

De la mano de nuestras nuevas Klean Kanteen, partimos a un trekking en Khutrao Khutrao, la puerta de entrada a las tierras de nuestro peñi y guía local pehuenche Isaac Huenchunao, que a través de su relato, uno que emana el respeto y amor por la tierra, recorrimos todo el valle honrando a las montañas que teníamos a nuestro alrededor. Isaac, junto a Native Travel (@nativetravel_chile) está buscado preservar el legado social de sus ancestros. Cuidar el medio ambiente y mejorar la calidad de vida de las comunidades locales mediante un turismo responsable es el corazón de lo que ofrece.

Día 2: Manteniendo la tradición Campero Andina

La motivación seguía y el deseo de conocer iba en aumento. Compartimos al día siguiente con Babi y la Lore, dueños de Rustiko Lonquimay (@rustikolonquimay), un hostal atendido por sus propios dueños que no hizo más que rememorar esos momentos de estar en familia. Unos mates, unas galletitas de piñón (¡por favor Lore, danos la receta!) y una conversación entre amigos, es lo único que se necesitó para comenzar el día. 

Pero para vivir la experiencia completa, debíamos continuar con nuestro viaje. Conocimos a Fernanda y Francisco Riffo (@elcamperoandino), dos hermanos que buscan preservar la tradiciones camperas andinas y la cultura criolla a través de experiencias turísticas en Geoparque Kutralkura. Cargados de conocimientos sobre bosques y caballos, nos llevaron hasta las profundidades de Lonquimay, nos hicieron partes de sus historias familiares y nos enseñaron a valorar lo esencial. Eso que de pronto habíamos olvidado en el camino.

Día 3: Deportes outdoor en contacto con la armonía y respeto del entorno natural

Nuestro último día no logró desentonar con las anterior vivido. Conocimos a la Andrea y Felipe (@lonqui.ride) guías y expertos en descenso en bici, nos dieron una pincelada por los lugares más preciados de Lonquimay. Pudimos sentir su amor por las tierras, sus deseos de protegerlas, de su enseñanza sobre cómo no saturarlas y de transmitir que a través del deporte y un turismo realizado de formar correcta, también se puede cuidar y proteger la naturaleza.

No puedo dejar de lado en esta aventura a los queridísimos chicos de Nómade Café (@nomade_kafe). Que a pesar de no ser locales, nos acompañaron todo el viaje con su cafetería móvil para pasar el frío. “Kafé con aroma de aventura” es uno de sus lemas y si van a Concepción no olviden escribirles porque los recibirán con los brazos abiertos.

Sin lugar a dudas la experiencia vivida en Lonquimay se hizo muy corta. Más allá del viaje en sí, nos invitó a una reflexión mucho más profunda: la importancia de las conexiones humanas que tanto nos ha alejado estos últimos tiempos. Conocer contextos, personas y espacios tan diferentes siempre será transformador. Hacernos conscientes y valorar lo que se nos ha entregado de forma natural, me llevó a entender lo importante que es buscar permanentemente esos momentos. Recibir tanta motivación de personas que vibran por lo que hacen y aman fue el golpe de energía que andaba buscando.

Se viene la temporada de invierno en Lonquimay y con ello la nieve blanca traerá otros paisajes y encuentros. De seguro me llevarán muy pronto en su búsqueda.

Sobre la autora

Rosario Góngora | @rosariogongorae

Periodista y Cofundadora de @Trip4Good,

Empresa que busca conectar a personas a través de experiencias reales que impacten de forma positiva a viajeros y comunidades locales.